Una buena noticia que bien podría no darse

La Junta de Andalucía acaba de adquirir 23 hectáreas del Parque Natural de Cabo de Gata. Las hectáreas se reparten entre dos fincas de la playa de Mónsul (San José). La operación le ha costado a los andaluces (a todos y cada uno de nosotros) un millón de euros o para entendernos mejor, seis mil millones de las antiguas pesetas.

Es una buena noticia, sin duda, porque desde este momento es imposible edificar en ese suelo, aunque como es obvio, ese suelo no representa la totalidad del Cabo de Gata. Hay algo que no me queda muy claro, y es la necesidad de que un gobierno público compre estos terrenos para evitar su destrucción. ¿Significa eso que los propietarios y alcalduchos de algunos muncipios tienen libertad para actuar hasta el punto de poder destrozar un espacio catalogado como reserva de la biosfera?

Pues al parecer sí, ya que hasta el defendor del pueblo estuvo a punto de declarar al Alcalde de Níjar "persona hostil". No me creo que los gobiernos no tengan más recursos para evitar el terrorismo ecológico a parte de declarar a un alcalde persona hostil o gastarse un millón de euros en terrenos. Y si se prefiere optar por creerlo, más nos vale empezar a rezar por el resto de suelo que por el momento no ha sido comprado.