26/2/08

Un vencido y ningún vencedor


Así es como he visto el debate entre Zapatero y Rajoy. Todo lo que le ha sobrado a uno (temperamento, en el caso de Rajoy) le ha faltado al otro. El líder del PP se ha mostrado, cuanto menos, demagogo. Bajo mi punto de vista, hay que tener muy poca honradez o estar muy desesperado, para achacar a alguien el "agredir a las víctimas del terrorismo" en un ataque de histeria y además afirmarlo de nuevo con actitud un tanto infantil segundos después.

Dos han sido los grandes fallos (que no los únicos) de Rajoy: el ya comentado y la conclusión final. Os lo prometo. Si tras la reflexión de Rajoy (muy parecida a la del 12-O) hubiese comenzado a sonar la sintonía del NODO, no habría notado nada fuera de lugar.
Los asesores de Rajoy, seguramente, hayan hecho hincapié en esto. "Sé directo Mariano", "trátale de tú a tú y ridiculízalo si es posible", "muéstrate fuerte y seguro de ti mismo", etc. Lo malo es que se lo ha creído demasiado y se ha pasado de la raya en más de una ocasión.

En cuanto a Zapatero, más de lo que hemos visto durante cuatro años. Serenidad, compostura e indignación a ratos... y quizás eso vaya bien para el día a día de un Presidente -mirad sino lo ocurrido con Sarkozy por no mantener la compostura- pero para el día de hoy no. Cuando recibes ataques como los que ZP ha recibido durante el debate, muchas veces no es lo mejor. Contra la demagogia no hay por qué alterarse ni enfurecerse, contra el demagogo puede que lo mejor hubiese sido un chiste suave, a lo González, que esto si que lo sabía hacer bien, pero teniendo en cuenta las características de Zapatero. No hay necesidad de dar juego a la demagogia. Decir a modo de apunte, que espero que se hayan dejado sus proyectos políticos reservados para el próximo debate, ya que en este sólo han hablado del pasado. Si no es así, la decepción será completa.

Resumiendo, me encuentro en condiciones de decir que no sé a quien votaré el 9 de marzo, pero sí tengo muy claro a quien no votaré, aunque quizás el debate, bonobuses a parte (anécdotas como estas no me parecen lo más relevante de este tipo de eventos), haya influido poco en esto.

2 comentarios:

Diego Zamora dijo...

¿Qué te pareció el formato del debate? A mí me resultó demasiado rígido y por tanto pesado.

Guillermo Mirón dijo...

Puuff. Muy, muy, muy enlatado. Todo demasiado preparado. Más que un debate era algo más similar a un formato de 'mítines por turnos', excepto algunos minutos al final del debate.

¡Que sepas que cada vez que paso por tu ciudad me gusta más!

Un saludo.