Cuando la justicia te abofetea en la cara

Son dos los casos recientes en los que la Justicia ha puesto tierra de por medio colocando a cada uno en su lugar.

El primero de ellos es el del ya famoso doctor Montes y la Comunidad de Madrid. Se ha dictado sentencia y ha quedado demostrado que Luis Montes no es ningún doctor Muerte, como así lo apodaron desde la COPE, donde le culparon de 400 muertes. Bendita Conferencia Episcopal. La Comunidad de Madrid no ha pedido aún disculpas a estos profesionales que han sufrido un daño irreparable, aunque personalmente creo que no lo hará. Esperemos oir pronto a Manuel Lamela, Consejero de Sanidad, que calificó los hechos como “sedaciones masivas con resultado de muerte”.

El otro caso es el de la asociación de productores y editores de música de España (Promusicae), que, tras la negativa de Teléfonica respecto a darle los datos de los clientes que descargaban archivos musicales, se aventuró a ganarse este derecho por medio de los tribunales de la Unión Europea, que como es lógico, ha mandado a la asociación a paseo. Inteligentes no sé si serán, pero valentía les sobra... o quizás sólo les sobre tiempo. Tras esto, estoy pensando en reclamar a la UE todos los datos de los miembros de dicha asociación, por si les da por cometer cualquier acto delictivo en un futuro. Por intentarlo que no quede.

Por último dejo un enlace a Mangas Verdes, donde se comenta la propuesta que los compositores canadienses han presentado de cara a su particular canon, por medio de la cual saldrían ganando tanto ellos como los consumidores de la cultura. Dadle una ojeada, me parece bastante más justa que la propuesta por la SGAE. A años luz.